Andan desenfocadas
las ovejas
duermen el día en un colchón de espuma
con los párpados prendidos a la nada
como a un
dios albanés
los que creemos
en la rajadura del instante
en que por algún lugar aparecerá el lobo
nos mantenemos despiertos
alertas
mirando el revés del horizonte
porque
tiene revés
sí que lo tiene.
© Liliana Chavez
me encanta !!!
ResponderEliminarCarlos Morteo
Siempre me gusta leerte amiga de tantos años! Parafraseo y recuerdo a Paolantonio sobre tu poesía: "...una voz que se desdobla entre visión palpable y sentimiento profundo". En el caso de esta composición, sí, el lobo acecha como una sombra a quien no es consciente de nuestro frágil presente. El horizonte es grande en su revés, como un cielo, pero tu palabra atenta, espectante, te salva, te sostiene. Abrazo grande, Alfredo Lemon
ResponderEliminarOps!!! como diciendo "Mosca pues". Placer leerte siempre querida Lili.
ResponderEliminarGracias.
Andrea
Hola poeta, un gran poema, ese instante, ese segundo imperfecto, tan bien dicho. felicitaciones. abrazos. marta comelli
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