CORDÓN 
Desde el nacimiento, han pasado los días.
Húmedo de 
lágrimas, el cordón no se seca.
Lo 
cubrí con hojas  y una lluvia
fina  de ceniza y azúcar.
He rezado el rosario, todos los misterios 
y un ramito de flores he llevado a la
iglesia.
Encendí las velas  que fabriqué con el sebo 
pero pasaron los días y el cordón no se
seca.
Llevé la niña al monte y hablé con los
árboles 
y marqué su piecito  en la corteza del molle.
Y la 
herida suave y el  tatuaje en el
tronco 
                                    se
secaron  de a poco. 
© Leonor Mauvecin

Intenso y bello, gracias poeta .
ResponderEliminarUn suave tatuaje tu poema Leonor. Abrazo de surviento.
ResponderEliminarAldo Novelli.-
Bello poema de Leonor, gracias Gustavo!
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