No era mar sin vos,
el cóncavo hermetismo desviado de las lámparas
un eslabón impiadoso lacerando
sobre el mármol de una lápida
no era mar sin vos,
apenas un agua ociosa contenida en
cualquier recipiente
un agua sin cardumen
era lo que debía ser
justo y entero
pero ninguna vida nace
para ser justa y entera,
nos seducen obstinadas
aquellas puertas que no abriremos
misa de breve oleaje
en el árbol de las carencias
no era mar sin vos
era el éter
la mirada vacía de las estatuas
la imposibilidad de reducir a unidad
desaciertos múltiples.
De pronto.
Si.
La luz.
© Fabio Cardarelli
me gusta la estrategia de reiterar lo ausente y al final la sopresiva luz que es presencia.
ResponderEliminarW.M.