acá estamos y no importa saber para qué
mientras los cuerpos ruedan por el pasto
que hace picar la piel
y llena de abrojos la ropa
damos saltos como ranas o sapitos
todo verde se mezcla con el azul
acá estamos y no hay indicio de qué nos
trajo
a este mundo que gira
no hay razones para explicar
nuestra danza alocada
¿y vos, qué esperás?
¿qué querés?
¿por qué insistís en agarrarte de esa
cuerda
cuidando cada paso
previniendo
golpes y caídas?
soñé que no llegábamos
el camino se perdía entre parajes
desconocidos
pueblos que no estaban en los mapas
el sueño era inquietante pero aun así
no quería despertar
ansiando ver qué había
del otro lado
no pude saberlo abrí los ojos
y mi habitación estaba quieta
sin verde ni luces
sin ruidos de ese mundo ajeno
sueño mucho en estos tiempos
con vos con él con mamá
ella es joven y hermosa y anda por ahí
sin preocuparse por el tiempo
radiante como si morir
no estuviera en sus planes
sueño como si soñar fuera distinto a vivir
pero no hay diferencia
con el mismo cuerpo recorro la vida y los
sueños
mi habitación hoy es tierra propia y ajena
y las sábanas blancas y suaves
están cubiertas de marcas verdes
abrojos
hojitas de pasto
¿qué esperás? ¿qué querés?
por qué te agarrás de esa cuerda
si siempre fue así
todo tan propio
y extraño
© Celina Feuerstein
Excelente poema, Celina. Isabel Llorca Bosco
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