Susurros en tu corazón de pétalo
Te dirán que fuiste mala
o que alguna anterior
lo ha sido
perversa
te dirán
y no les creas
que antes mucho antes
del cronista asalariado
y sus mentiras
ya acariciábamos mejillas
de flor de duraznero
ya cerrábamos los ojos
de los muertos
ya conocíamos los nombres
de las hierbas curativas.
Alguna vez te dirán, para insultarte,
bruja
no te intimides y sigue sintiendo presintiendo
adivinando
la intuición es tu hermana tu doble
-las brujas la tenemos-
dale crédito a tu hermana
a tu ángela guardiana la de
poros abiertos
sabedora de la arquitectura
de la rosa y su verano
la que conoce los olores que delatan
las lluvias venideras.
No dejes que te digan te crean
te convenzan
jamás
Bella Durmiente
que la belleza es migratoria pajarera
y que ningún beso te despierte
irás
por decisión de la sangre
serás
quien vaya al beso
pero sola despertarás
a las hogueras que encender
a los incendios que apagar
a
tiempo y sola despertarás
a tu
trabajo cotidiano
de hacer del mundo un
sitio habitable.
A esta altura de madre
ya habrás tomado la temperatura
de mis certezas y mis miedos
sabrás que todo lo que aquí conté
lo que aquí ha sido nombrado
todo lo dicho todo lo que no pude decir
porque obstinada busco aún
los sustantivos los verbos
es un largo susurro niña de mis ojos
en tu corazón de pétalo
niña de tu madre un largo susurro
de todas las mujeres que antes de ti
hemos sido.
© Verónica M.
Capellino
Precioso!
ResponderEliminarBello!
ResponderEliminar¡Qué hermoso poema, Vero! Me encantó el neologismo "ángela".
ResponderEliminarBellísimo Vero! Una declaración de mujer alada.
ResponderEliminarGracias, siempre, Gustavo Tisocco.
ResponderEliminarY gracias María Sonia,Amigos del Tiempo y Pauli, por su lectura y comentarios. Abrazo
Verónica M. Capellino
Gracias, siempre, Gustavo Tisocco.
ResponderEliminarY gracias María Sonia,Amigos del Tiempo y Pauli, por su lectura y comentarios. Abrazo
Verónica M. Capellino
Gracias,Belkys! Verónica
ResponderEliminarVerónica un poema necesario!
ResponderEliminarGracias y abrazo, Tina.
ResponderEliminarVero