RAPTO
Una vez en la vida
puso el cuerpo donde lo tenía que poner
Estiró los brazos
las piernas
No inclinó el alma
hacia el grito familiar y denso
Por un momento fue feliz
desconocidamente feliz
sin ninguna otra acción
que pudiera darle la felicidad
© Alejo González Prandi
Se escapó al fin y fue feliz.
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ResponderEliminarAh, lindo poema. A veces nos sucedemos sin poner el cuerpo y poder salir, estirarnos hacia un poco de felicidad es buenísimo. Me encantó.
Lily Chavez
enconrarsecon la feicidad ¡ qué pacer l
ResponderEliminareerte! susana zazzetti