el descenso
de jacqueline du pré
“He llegado
a la meta de mi corazón.
No hay
ningún rayo que vaya más allá.
Dejo detrás
de mí el mundo…”
Else Lasker–Schüler
preludio la
ceniza de mi infancia: mi madre arañaba los ojos del incendio y me dormía así
los cuentos de la noche encallaban el árbol en su sombra el agua ardía en el
devenir de los infiernos donde la música esparce sus caballos y me deja
no puedo
quejarme de los huesos: la música se ha enfermado en mí he roto la cuerda un
acto de confusión y de olvido miles de manos entre sábanas riéndose intentaron
elevarme sostenerme en la gloria me he dormido sobre la escena no hubo tiempo
para el desarraigo estoy aquí: los dedos tiemblan cuando amanecen sobre la
madera intacta del silencio
los rosales
se amontonan sobre un libro (es la escena) se borran al nombrarme al estallar
se enredan el aire de mi pelo se desgarra estropea mis pies la flor que me
despide rozo el invierno de los rostros intentan retenerme forzarme alguien me
desnuda y trae a dvorák despacito calma los dolores sabe: nadie como yo lo ha
comprendido nadie como yo le ha sacado idioma a las heridas
© María Malusardi
María Malusardi, como siempre, como cada vez, su escritura ES. Nos da. Y esta vez elige a otra grande como ella, a J. du Pré.
ResponderEliminarAbrazo!
Gracias por compartir, por permitirnos conocerla.
ResponderEliminarbelleza
ResponderEliminarUn poema antológico verdaderamente y muy justa la ilustración de Gustavo !!
ResponderEliminarTu voz potente en nuestra poesía argentina contemporánea. Felicitaciones. Alfredo Lemon