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22/7/19

Poema de Raquel Jaduszliwer






Me acuerdo; las hamacas iban y venían cada vez
iban y venían guillotinando el cielo
las primeras estrellas caían como espadas sobre las ramas altas
y ante el riesgo inminente
se avenían los árboles a los tajos espléndidos de luz

y entonces, de pronto se producía un instante como de nacimiento
era la hora de regreso al refugio
y esa era la confirmación más plena, perfecta, de la felicidad

ese pasaje que se reiteraba
ese pasaje desde el ejercicio de la incertidumbre de los primeros actos
a la seguridad templada, caldeada en el hogar
ese pasaje nos fijaba a un destino

porque nosotros, milagros de la época, nacidos hacia el final de los grandes terrores
éramos los salvados
éramos los salvados cada vez y así se recreaba nuestra entrada al mundo

así se iban los días; días endebles y bienaventurados
todo temblor y todo fundamento

años de infancia y de tesoros expuestos
tiempos de revelación.

© Raquel Jaduszliwer

2 comentarios:

  1. qué poema, "tajos espléndidos de luz". Muy bueno.

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  2. Yo también nací después de los grandes terrores por eso te agradezco que seas capaz de tanta belleza abrazo Raquel

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