verde nace
el bosque del incendio.
hay el
peligro y la fe que lo aniquila,
la fe que
enseña cauto al hombre,
raíz
paciente, paciente altura.
hay la
tristeza, la incuestionable tristeza,
y la fe que
le regala una sonrisa.
pareces
confundido.
el espejo
engaña y así obediente nada dices
de
incendios, de tormentas, de catástrofes.
voraz es la
ausencia que tus entrañas albergan,
férrea es
tu piel, su transparencia; y así la vida
enseña
compasiva el salvaje abrazo de la hembra,
tu salvaje
nacimiento,
aquel
latido, aquel origen, estallido.
no cedes,
sobrevives silencio,
no cedes,
mientras la
mano fértil eleva bendiciones,
mientras la
lengua barro abraza hermanos.
© Mónica Palla/Daniel Marino
todo es intensidad en cada verso, felicidades por la inspiración
ResponderEliminarPatricia Corrales