La vista
anclada en un jardín de sueños,
en la
brizna que se piensa tallo,
Cargas en
tu espalda
un
manantial de indiferencia
que signa
tu destino.
Abandonada
a tus pasos inocentes
catalogas
nubes, pétalos y azules
en una
comarca de rubí
sobre
cabellos dormidos bajo el tul.
Tu mirada
pronuncia un retoño de luz.
Cándida,
en el
umbral de la vida esperas al sol
escondido
en el silencio del amor.
© Mónica Aramendi
Bello.
ResponderEliminartexto muy interesante
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