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20/7/19

Poema de Mariana Finochietto





EL DESQUITE 

Salí
a lavar la ropa bajo el sol
porque era tibia la luz sobre los patios
y era hermosa
mi mano
sumergida en el agua:
un pez salvaje atravesando mares blancos,
en busca de dios sabe qué aventura
escondida
entre las pilas de la ropa.
Tengo la piel,
me dije,
de mi abuela,
yo también envejeceré de pronto
como si una noche cayeran sobre mí todos los años
y me pondré viejita
y sin remedio.
Me temblarán las manos,
como a ella,
con el temblor que traemos en la sangre
como otros traen el cáncer y las pecas.
Pero ahora,
soy dueña de unos magníficos reflejos
y mi dedo
destroza, minucioso,
las estúpidas burbujas de jabón.


© Mariana Finochietto

5 comentarios:

  1. Lindo, dulce,tierno, como todos los tuyos que he leido hasta ahora.Abrazos, Marta

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  2. Tan hermoso... siempre la cotidianeidad, matizada con tu poesía. Gracias!
    Juan C. Rodriguez

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  3. Muy buen texto. Eleva lo simple, cotidiano, a categoría estética. Gracias. Un beso grande. Adriana Dirbi Maggio

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  4. Precioso!
    Patricia Corrales

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