asilo I
una marca
siniestra ineludible
debe situarse
en la planta de las manos
cuando tu
juego preferido comenzó en el lugar
blanco de los viejos
-viejos con
bolsitas que cuelgan de la cintura
bolsitas
ambarinas que cargan la vergüenza -
algo debe
quedar incrustado para siempre
si montaste
caballitos inventados con muletas
si una
fuente de latón confortó los severos veranos de aquel tiempo
si los
anfitriones de la puerta del paraíso
eran dos
enanos siniestros y sonrientes como reyes
algo debe
quedar adherido a la manera de un magma extraño
el imán
descolocado en la brújula
el juego de
los demonios y de los prismas
algo debe
quedar adherido a los ojos
la pátina
deslucida de los abuelos que no dieron chupetines ni calesitas
la legión
oscura de esos abuelos paria
que
escuchaban tus mentiras fabulosas de amigos que tocaban el laúd
y de gatos
que morían en todas las tormentas
algo debe
quedar para siempre
de esa
tremenda versión del desamparo
cuando
jugar era escaparse
a un
edificio blanco poblado de viejos alejados de su estirpe
tan solos
tan solos
como vos
tan expulsados del reino de los vivos
como vos
© Gabriela Yocco
Poéticamente muy triste.
ResponderEliminarsi tiene razón la poeta, la vejez de los pobres es el reino de la exclusión
ResponderEliminarW.M.
Conmueve desde el dolor de la exclusión que se siente al subir los "altos años". Poéticamente muy logrado. Alfredo Lemon
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