Corríamos
casi salvajes
la
agitación era música en el corazón
el día
estaba signado por la alegría
desde
temprano todo era alboroto
nosotros
íbamos
desde la cocina al jardín
por una
flor blanca
por un ramo
de nardos
por una
espina y la sangre
por la
tarde
ya en el
cementerio
jugábamos a
las escondidas
reíamos
arriba
abajo estaba el silencio.
© Ernestina Elorriaga
Tina, me encanta dejarme llevar por tus versos. Siempre te leo agradecida.
ResponderEliminarAbrazo
claudia
es un poema muy logrado.
ResponderEliminarCon admiración
W.M.