Ella venía
de todas las cosas,
me
arrancaba los libros
para leer
sus caricias,
caminaba mi
cuello
en puntitas
de labios.
Ella
desabrochaba un sol
de su blusa
a mi mano sombría,
ella dormía
con los besos abiertos
y brindaba
presentes con la copa del día,
pero me
amaba y me amaba tan lento
que le
llevaba toda la vida.
© Andrés Lazcano García
Maravilloso lenguaje!!!
ResponderEliminarCaminaba mi cuello en puntita de labios.
ResponderEliminarQué desmesura.
Encantador.
Gracias
Claudia
Cuán bello sentir y el decir!!
ResponderEliminarUna belleza! Muy sutil!
ResponderEliminar