Vadim Gluzman (Destacado violinista ucraniano)
Toma la
música
se hace arco
y la
adelgaza
hasta volverla
espina
de
aire
hilo
de
luz
camino
de
astros
que
llueven.
Voz aguda
que burila
el hielo
de ese lago
nuestro
y lo hace
glaciar esculpido
obra de
arte que se quiebra
y se derrite
en la
desgarrada inquietud del agua.
Toma la
música
la enamora
se cincela
en la armonía
se afina
hasta
volverse nota
de cristal
destello
fantasma
del
aire
roce
de
su
sombra.
© Adriana Maggio
Incomparable, Dirbi, espléndida traducción de sonidos en palabras.Un abrazo Isabel Llorca
ResponderEliminarbellísimo tu poema, no me cabe otro adjetivo!susana zazzetti.
ResponderEliminarAcertadas y hermosas imágenes evocando una música de violín.
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ResponderEliminarBello Dirbi, ese violín que tiembla en tu poema.
Abrazo,
Alicia Márquez
Qué belleza de poema, ese traducir las notas a música verbal con la sutileza y el brillo de un violinista de la palabra, no permite una analogía fantástica. muy bueno, mis respetos.
ResponderEliminarWalter Mondragón