El
cielo es tan bajo que casi alcanzo a tocarlo.
¿Puede la belleza causar pánico?
Extraño el cielo lejano de mi ciudad,
mi ciudad que habla a través de la bruma,
a través de susventanas: ellas pueden
ocultar
la lealtad de la pobreza con una canción.
Me refugio en una tiendita igual a las de
mi infancia:
madera oscura, una regla carcomida, telas
baratas
de algodón de colores brillantes que se
perderán
con el lavado.
(Oh, una madeja de hilo inglés, un metro de
cinta blanca,
un cuarto de broderie y no olvides el
vuelto).
Mi infancia toca las cuerdas del poema en
Ciruelo
como un ciego adivinando el futuro.
¿Una emboscada?
El pasado es una emboscada, una batalla
perdida
y un hotel al que no nos dejan volver.
Salvo la precisión de la sorpresa desvaída
en esta cueva camarote que huele a
alcanfor,
tiendita desconocida y familiar en Ciruelo:
todo un mapa de fe.
© Paulina Vinderman
gracias paulina por tu mapa de fe....donde nos reencontramos
ResponderEliminarmaria del mar
Gracias MUY BELLO...el pasado es una emboscada.. ABRAZOS
ResponderEliminarRecordando a CURUELO y provocando y ese mapa de fe que dice que tal vez... me encantó. marta comelli
ResponderEliminarExcelente poema, Paulina, para reflexionar sobre esa infancia q traza con anticipo nuestra biografía. Abrazo grande!!!
ResponderEliminarCuánta melancolía me produce...Logrado retrato.
ResponderEliminargran poema plena de sepia y penumbra recordada.
ResponderEliminarmuy bien
Walter Mondragón
La esencia de los recuerdos con un mapa de fe en ellos, positivo y grato.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Querida PAULINA, el pasado, la fe no siempre
ResponderEliminarmueve pero la mayoría de las veces nos impulsa y es mapa de esta desteñida e íntima belleza. Un abrazo
Isabel Llorca Bosco