Todos queremos ser vampiros.
Burlar a la muerte tomando sangre ajena.
Ser siempre jóvenes, fuertes, nocturnos,
seductores.
Haber dejado atrás todos los lazos que nos
obligan y conservar
sólo lo que no nos pesa.
Dormir de día y bailar de noche.
No estar obligados a sonreír a nadie.
No tener que trabajar.
Poder tirarnos indolentes a la luz de luna.
Y tener los vicios que nos dé la gana.
Así monstruosos, medio animales,
dilapidadores.
Amamos a los vampiros, nuestro yo ideal.
No me hablen de sublimación.
Es a la bestia a quien añoramos
tanto como a los dioses
(los de antes, los sin redención y de
bondad caprichosa).
Esa aleación de animal divino.
© Lidia Rocha
Imagen enviada por la autora del poema
impresionante poema, Lidia!!!
ResponderEliminarBea Lunazzi
Tremendo poema, felicitaciones Lidia!
ResponderEliminarCristian Jesus Gentile
Gracias Gustavo!! La imagen forma parte de la película "Sólo los amantes sobreviven" de Jim Jaramusch
ResponderEliminar