DESATÉ
LA TRENZA
Recorrí los bordes prolijamente.
Detuve el corazón.
Trencé con los dedos cada diástole.
Hurgué hasta el fondo de la noche.
Hasta el último recodo.
Hasta el abismo.
Y desaté la trenza sobre el alba.
© Leonor Mauvecin
POEMA QUE CASI NOS DEJA SIN RESPIRACIÓN EN LA SOLEDAD DE UNA NOCHE. Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarbellísimo .pura intensidad poética.un abrazo.MArizel EStonllo
ResponderEliminarbellísimo pura intensidad poética.un abrazo.MArizel EStonllo
ResponderEliminarbellisimo.pura intensidad poética.un abrazo.Marizel Estonllo
ResponderEliminarFuerza poética y atracción, con pocas palabras.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Precioso intenso
ResponderEliminarMaestra¡ qué poesía¡ Me encantó. Griselda Rulfo
ResponderEliminarGracias querida Griselda
Eliminarenorme tu alma de poeta. precioso cada verso!! me robó el corazón. susana zazzetti.
ResponderEliminarleonor, deja los latidos en suspenso tu poema, felicitaciones!! Abrazo!
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