Recompensa de sábado
Quizás no resulte
tan descabellado pensarlo
como recompensa de sábado:
orden de los placares
y las alacenas;
un encuentro
cuerpo a cuerpo
con el deseo intacto en sus rebrotes.
Reconocer sus huellas
en el rostro maduro
en la intangible pureza del momento.
La fluidez doméstica en una cama cómoda,
los esenciales escarceos
previos a la contienda.
En el atardecer los perros ladran
desde los balcones.
En la mirada,
en el tironeo que el perro precipita,
en el rojizo horizonte
de la enradama de Zapiola
sí, es recompensa
esta vida que exige su alimento
este sábado juntos.
© Juan Fernando García
Bienvenido Juan a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicado, abz, Gus.
ResponderEliminarmuy bien tratado el tema, con delicadeza.
ResponderEliminarsusana zazzetti
Bienvenidos, sí, poeta y poema.
ResponderEliminarRolando
www.revagliatti.com
Un disfrute total leer este poema y meditar en las cosas simples que dan felicidad.
ResponderEliminarUn gusto leerte, un gusto decirte: Bienvenido.
Hasta la próxima.
Betty
Bienvenido, con este buen poema.
ResponderEliminarUn abrazo Ana Romano.
¡Bellisimo montaje cinematográfico de una fase de la realidad cotidiana, llena de calidez, amor y sutil erotismo, Juan!
ResponderEliminarAplausos y un gran abrazo de bienvenida
María Rosa León