Cómo se vuelve del arco violeta de la hora
detenida
del tiempo que rodó en el mar como un
gigante de oro
y la mesa fija
y la niña de hielo fija.
La ciudad se despierta por sus ojos de
piedra
por el hombre que derrumba su futura
orquesta de cenizas
por el amanecer limpio que derrama su
garganta de niños
por los nombres antiguos de los muertos,
por la vejez descalza
y el pan escaso amasado en el recuerdo
amarillo de la espiga.
Cómo se vuelve del centro metálico del
llanto
de los gritos altos, de las tormentas, que
nos dejaron vacíos y lejanos.
© Beatriz Arias
ay, Beatriz, hermosa,
ResponderEliminaralicia pastore
Ese decir tan tuyo, tan escaso de desperdicios. Gracias mil!!!
ResponderEliminarSaludos.
Andrea.
Que bello poema
ResponderEliminarGladys Cepeda
Me encanta tu poesía.
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