LA HERIDA
Gravita mi
esencia peregrina
latitud de
ojos en lontananza .
Sóla, en
silente ceremonia de dolor
muto en
desgarro mis huesos.
Desangra
lentamente la herida
mezcla de
estupor, sangre y tu engaño.
Transcurro
el tiempo del cáliz
impuesto
por mi propia mano.
Te entregué
hasta la piel del alma
con lirios
que rebalsaban de mis manos.
Quise
aferrarme a tu ramaje
pero tú
quebraste mis alas .
Hoy, que
aprisiono el dolor en estos versos//
me diluvian
los brazos extendidos.
Llaga el clamor
de mi pecho
contemplando
mi muerte en tu partida.
© Xenia Mora Rucabado
Muy buen poema!
ResponderEliminarEl engaño se une al dolor y a la soledad, bien lograda la forma de decirlo, sobresale el poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Betty
Bravo Xenia! Estremece poema!
ResponderEliminarAbrazo
Cristian Jesus Gentile
Muchas Gracias por sus gratos comentarios queridas poetas Amalia , Betty y Cristian. Abrazo fuerte!
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