Se extingue
la voz de las hojas
y un
murmullo de sol tenue aviva las tardes,
no es que
no sea otoño,
el destino
mira lento el llanto del verso,
la claridad
no conoce otra forma,
otro modo
de buscar a los pájaros,
eso parece
decir a la niebla,
pero esta
noche no habrá luna,
apenas la
calle,
apenas el
barrio,
renunciar
es acostarse
en esa cama
de árboles confusos,
es voltear
los ojos
para ver la
soledad,
es tener el
aplomo del frío
y beberse
la lluvia,
es adivinar
la ciudad en mis pupilas
y salir a
buscarte
con el
corazón a pie
hasta el
final del poema.
© Andrés Lazcano García
me encantó. sumamente sensitiva esa mixtura de naturaleza y sentimiento. susana zazzetti,
ResponderEliminarSensible poema con bellas imágenes.
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