LA TRAMA
En el
rápido de las veinte quince,
a dos
asientos de distancia,
pasillo de
por medio,
viajaba la
imagen de la tristeza.
Sólo sus
manos parecían vivir,
y unas
agujas de crochet.
Todos -ella
incluida-
marchábamos
al día siguiente
sin más
razones
que un
movimiento acelerado y continuo.
Mucho me
sorprendió que ella,
la más pura
imagen de la tristeza,
estuviese
tejiendo, como quien reza,
una
mañanita rosa.
© Mariano
Shifman
quien pudiera tejer mañanitas rosas ante la tristeza, muy tierno poema.
ResponderEliminarCariños
Muchas gracias, Mercedes, por tus palabras. Un cariño poético.
ResponderEliminarMariano Shifman
Ritmo e imágenes muy inteligentes, dejan nostalgias.
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