Amarras
Ahora que
ya no nos sé muertos
asomo al
sol y armo mi balance:
de tus
manos me quedan tres astillas de sándalo,
un mapa con
indicaciones en letra redonda,
kilómetros
atragantados
y una
campera verde que abrazo como un náufrago.
Deshidratada
la emoción,
los pies
casi sumergidos casi raíz
y esa voz
que no se ahuyenta
con la
llamada del bote pesquero.
Se me
amigan los pájaros
carancheando
unos huesos de queso,
también
ellos equivocan el mensaje
de
semejante tenuidad.
Con todo lo
por decir
olvidé
contarte que buscando posibles puentes
guardaba en
el bolsillo
unos
caramelos de café de doble temperatura
-ésos que
nos acompañaban en los viajes-
y que éste
será el último poema de despedida.
Que tanto
extraño nuestros sabores en tour,
nuestro
sexo, nuestra risa
y todo lo
que tu boca
-tu boca
boca
trinchera y guerra
boca propia
mía de vos
portal y
abismo
invasión
regalo invasión
boca boceto
del después
boca al
borde
a la
frontera
al
alimento-
y a todo lo
que por hoy
no juntos
nos
mantiene desterrados.
© María Laura Coppié
Bello!
ResponderEliminarFlora l.
Muy bueno.Abrazo.Inés.
ResponderEliminarHermoso
ResponderEliminarHermoso poema. Sos Barbara!!!
ResponderEliminarTremenda despedida, felicitaciones, Ma Laura!!!
ResponderEliminarUn poema con toda la intensidad que caracteriza tu lírica.
ResponderEliminarAbrazos,
Gra Bucci