La Cayena
El día que conocí a la abuela
traía una flor de cayena en su pelo
bailaba con sus abarcas de fique
el polvo era uno con ella seduciendo al
viento
su risa
su voz
su cuerpo de espiga
las manos al compás de sus pies.
El pueblo era un silencio
ella era la fiesta
¡Baila Ana Flores, baila!
Un solo canto
y el polvo.
¡Un baile de cayenas cada tarde de viernes!
Ahora vuelvo a poner la flor en su pelo
muevo su mecedora.
Ella ríe,
canta
y recuerda aquellos tiempos
el pueblo
las calles
el polvo
¡Baila Ana Flores, baila! (Dice)
Me mira y sus ojos brillan
¡Baila Ana Flores, baila! (digo)
y la balanceo
y la recuerdo
como aquella tarde que fui al pueblo.
© Luis Pabón
Excelente poema!!
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Gracias Elisabet por leerme
EliminarUna hermosura, gracias
ResponderEliminarMuchas gracias abrazo
EliminarQué felicidad la de esa abuela que dejó esa imagen en el nieto
ResponderEliminarTe felicito por tu abuela y por ese poema vibró en mis sentires.
Un abrazo.
Betty
Su cuerpo aún baila en mí memoria
Eliminarsimplemente humano, bello. susana zazzetti.
ResponderEliminarGracias Susana
Eliminar¡Cuánta vida, cuánto movimiento y alegría recordados con enorme ternura y traídos al presente para hacer que brillen en la memoria!Ah esa flor de cayena y esa abuela seductora que ahora se mece y todavía guarda en sus ojos toda la picardía.
ResponderEliminar¡Qué poema!¡Qué Ana Flores tan hermosa!
Irene Marks
Ana flores siempre será ese pasado presente en mí memoria y corazón
EliminarMe encanta este poema, que actualiza un pasado añorado a través del recuerdo poético. Excelente. Un abrazo. Adriana Dirbi Maggio
ResponderEliminarGracias Dirbi, tus comentarios siempre son muy valorados por mi.
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