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24/3/19

Poema de Hugo Francisco Rivella



MARÍA TABARES SUEÑA COLIBRÍES 

Como si la ternura fuera una niña de azúcar sucede lo que digo,
llegan los benteveos a comer bananos,
chirimoyas,
granos de maíz.
Una garza, con su cuello de espuma, asoma distraída
entre el cocorocó de las gallinas y el ladrido distante de los perros.
Ríosucio es una brasa que enciende lo que vivo.
El pueblo duerme con los ojos vidriosos,
el Carnaval baja desde la madrugada y es un delirio
por sus calles y en mi alma
Me tironean los diablos que rondan las iglesias

Cuando todo está quieto y el espejo la sueña,
María Tabares vuelve a ser la muchacha que le roba colibríes a la tristeza.


© Hugo Francisco Rivella

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