AHOGO
El viento serpenteaba
cuando me parió una bruja
una tarde de otoño.
No había ternura.
Sí rojas hogueras de odio.
Quise ahuyentarla
de las venas ardiendo
y no pude.
Me ahogó el alarido de la vida
la garganta.
© Griselda Rulfo
estremece, intenso!!!! muy bueno!!!
ResponderEliminarGriselda:
ResponderEliminarO brujas, o fantasmas o demonios.
Poemón!
Tere Vaccaro.
Qué maravilla de poema, qué fuerza, qué "rojas hogueras de odio" amenazantes para quien es distinto, para una mujer acusada de pensar y sentir, y cuyo saber se atribuía a la brujería para no reconocer que las mujeres son sabias
ResponderEliminarTu poema sacude profundamente, nos deja sin palabras, como ese ahogo que la protagonista sufre.¡Te felicito!
Irene Marks
Hola Gri,
ResponderEliminarintenso, fuerte,como es tu estilo, doloroso, no deja indiferente a nadie que lo lea.
Un abrazo
Juany Rojas
Hermoso poema, fuerte y asfixiante como una garra en la garganta. Pura fuerza poética. Un abrazo. Adriana Dirbi Maggio
ResponderEliminarMuchas gracias gente querida. Griselda Rulfo
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