Con su carga una hormiga roza la gruesa
nervadura
se detiene, con su hoja algo torcida
gira
da unos pasos, retoma su camino
no está sola
la hormiga choca una compañera
esta vez pierde su hoja,
una tercera toma el brote
lo centra sobre su espalda.
Por unos segundos
la primera hormiga
va y viene
por fin emprende el regreso.
A las siete de la tarde
la sombra de una hebra se agiganta
brota el hormiguero
se enciende el pasto
la tierra encandila.
© Bea Lunazzi
Gracias Gustavo !!!
ResponderEliminarQué bello poema, un paralelo con el hombre diario.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Maravilloso Bea!!!
ResponderEliminarMuchas gracias por la lectura y por tomarse el tiempo para comentar!
ResponderEliminarHermoso poema Bea!
ResponderEliminarMuy lindo texto. Quizás, una expresión de deseo a través de la metáfora poética. Gracias. Que así sea. Un abrazo. Adriana Dirbi Maggio
ResponderEliminarGracias!!!!!
ResponderEliminarUn buen poema con un deseo interior que se destaca,
ResponderEliminarUn abrazo Ana Romano.