Texto de Diego Bennett
Mar verde montaña
A Alvaro Ernesto Sierra Eljach
Da vueltas en mi pecho este mar verde
montaña. Ya encontrará sus papelitos donde aterrizar. Sacaré de mi sombrero una
cadera que me enseñe a bailar como se baila acá / como se vive en este verde
montaña mar
Ya volará por este cielo esta poesía / esta
montaña verde mar con verano infinito se quedará en mi por siempre como Alvaro
Ernesto, ángel paisa, pisaré este cielo más de mil veces atravesado por tu
verde música.
(I) Mar
Bálsamo cálido que me cuida del mal del
mundo. Bebe de mi este mar de caminos el verso hamacándome en sus brazos
obsecuentes, bucólicamente condescendientes, interesadamente inspiradores de
próximos viajes a mis noches / a mis ráfagas de humildad / a mis oscuros
rincones florecidos por tu ritmo suave.
A vos te hablo mar / a vos profesional
seductor sin esfuerzo alguno / mar de mis recuerdos lejanos en frías versiones
suculentas / oleaginosos sabores necochenses / mar volado y fuegos a tu
amanecer. Hoy sos mar madre que me cuida con algas termitentes en la almohada
Mar sos la noche.
(II) Verde
Tu camino paisa
sigo tu camino
piso tu suelo
Vuelo tu paisaje de almendros
me atraganto con tu bandeja de pasado
servida con patacones de dulce hervor libre canción arrastrada allá / bien
allá. Donde el verde es la prueba de la vida de la muerte que te cubre de
recuerdos en tus hojas, en tus verdes almanaques asesinos.
Tu camino verde paisa de los cielos
cactus con verdes matices / infinitas notas
de incoloro lustre / manglar absurdo con calor agazapado en hamacas atribuladas
sacudidas por el viento verde extremadamente verde en tu ciénaga
te camino verde y te piso
te sigo
te vuelo
(III) Montaña
Subo pero también bajo
porque allá está lo profundo de tu origen
de tu pueblo
está la gota de rocío congelada por el
viento
tu ancestral legado aborigen
Montaña verde al mar
catapultada en una flecha de verdad te
hundís en olas de calma
paz trabajada paso a paso soy tu cerro tu
ladera y abismo garrafal.
Montaña de placer pica y pica la piedra la
roca que tal vez fue meteorito / peñón catedral
La sal que me da de beber de tu cadera
montaña verde
bailo a lo lejos y me quedo para siempre.
© Diego Bennett
5 comentarios:
Me encantó, Diego!
Besosss
Celebración a la capacidad de conocer, dejarse impregnar por la geografia diversa y la heterogeneidad y peculiaridades de este mundo, y de la propia capacidad de lanzarse con libertad en su búsqueda. Muy vital , fuerte, lleno de entusiasmo y expectativas. Que se cumplan Diego, disfruta de todo eso y cuéntalo.
Clelia
ORIGINALIDAD y genialidad de escritura.
me encantó.
Saludos
Anahí Duzevich Bezoz
Gracias poetas
Diego Bennett
Un placer esta secuencia poética.
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