Dasein
Es tan corto este día,
que en un instante se agolpan
la mariposa
del jardín anterior,
el aire frío de septiembre,
sin tener en claro
cuál de los dos ha de reinar.
Tan corto,
que en un abrazo
puedo contenerlos,
con la sensación
de asistir a algo
que se consuma
sin haber existido.
La huella sigue a la mano,
la perla al pescador de perlas,
la pluma al pájaro
y el trueno al oído.
Flecha súbita
que alcanzó su blanco,
cita no concertada
en el jardín de las delicias,
y yo en el medio,
oficiante anónimo,
ciego guardián.
© Rafael Felipe
Oteriño
Bellisimo. Maestro.
ResponderEliminarBella instantánea que te persigue después de la lectura. Abrazo!
ResponderEliminarExcelente poema, bellas imágenes.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Gran poema, gracias
ResponderEliminarRadael, agradezco a este poema la sensación del buen vivir, esos enlaces naturales que a veces dejamos pasar sin darles el verdadera valor, bellísimo poema, para leer una y otra vez.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Hermoso tu poema recreando el instante Un abrazo
ResponderEliminarComo muy dijo Mariel Monente: Un maestro. El sentir y el sentido poético de Rafael Felipe Oteriño se trasluce en cada verso: esto es visible en cada uno de sus poemas no menos que al charlar con él; su intuición es lírica, quizá por naturaleza.
ResponderEliminarClaridad y hondura. Lirismo.
ResponderEliminarUn respiro de los que "por favor..." "qué bien", "gracias infinitas".
Verónica M. Capellino