ROBERTO ARLT
Desde aquí, liberado de la “diaria”,
hoy me permito el lujo de estos versos,
las sílabas contadas y los tersos
acentos: ya me usó la maquinaria.
En carne y hueso fui un escriba paria,
de aguafuertes por kilo, de dispersos
desvaríos, de locos y perversos,
de podredumbre, odios y urticaria…
Los sabihondos leyeron cualquier cosa:
me afiliaron a Rusia y a Boedo,
como quien clava a una mariposa.
El compromiso… me importaba un bledo.
Lo digo en sílabas, lo dije en prosa:
la rabia fue mi trama y fue mi credo.
© Mariano Shifman
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