LA VIDA POR DELANTE
Todos los desaparecidos son nuestros hijos.
Azucena Villaflor
el hijo que me falta
quería cambiar el mundo
con sus manos de arcilla
con su espada de palo
bajo un cielo rabioso
fue creciendo a pedazos
lloró de amor
quemó su pecho el aire despojado
la madrugada le tembló en los labios
cuando se lo llevaron
fui más madre que nunca
sosteniendo su rostro en el abismo
supe que contra el miedo
se lucha cuerpo a cuerpo
que el dolor envejece a sangre fría
me volví árbol frente a la tormenta
me volví mar a golpes de naufragio.
© Guillermo Bianchi
conmovedor, hay que ponerse en la piel de quienes le arrebataron los hijos, y además escribir un poema de tan alto contenido, con una forma estilizada, solo el final merece un lugar especial "me volví mar a golpes de naufragio"
ResponderEliminarTodo lo que expresa está lleno de sabiduría y tanta pasión. .
ResponderEliminarQué bien expresado el dolor de tantas madres... Voz, de los que no la pueden expresar.
ResponderEliminardecirlo así, sencilla y llanamente, sin esconder el dolor, eso ya es mucho pedir, buen poema.
ResponderEliminarun abrazo
<betty
Un poema con-movedor ... bravo. Por la memoria y la justicia.. siempre..
ResponderEliminarMe encanta! Gracias por tu palabra! Abrazos!
ResponderEliminarUn poema doloroso que nos enfrenta con la tristeza de una madre que se potencia, pero no pierde la belleza del poema.
ResponderEliminarUn abrazo Ana Romano.