Poema de Daniel Arias
Dijeron agua y ella trajo el mar,
un mar sin tregua
con una isla cálida de arenas blancas.
Alguien insinuó aire y ella abrió el cielo
con una mirada de aliento infinito,
con las manos trazó el mar y el viento
y un ala de gaviota.
Nombramos tierra y ella dejó caer
la neblina de la distancia
los caminos provisorios y los opuestos.
Luego dijimos fuego y ella rodeó con cintas
un ocaso que no termina de caer,
tierra y fuego, un dolor en la medida.
Después nombramos pan y ella brilló al sol,
con una lengua extranjera nos enseñó el
sosiego,
arrojamos tiempo y sol,
y nos cubrió los pies con su propio
vestido.
Al despertar,
nos encontramos perdidos arrastrando la
palabra,
en medio de la noche y entre hojas
amarillas,
piedad, piedad….
© Daniel Arias
5 comentarios:
muy bueno Dany...abrazo!!!!!
buen recorrido del planeta y su infinitud. Hermoso poema.
Un abrazo
Betty
La creación y su transitar , buen poema, gracias.
Hermoso poema! de un ritmo especial!
Gracias por compartir.
Tere Vaccaro.
Cuántas impresiones!
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