NADA VUELVE
La canción se muere de soledad
el aire gira en un mugido de sombra
y la mirada es una muesca
que se pierde en la crucifixión de las
cosechas.
Cómo poner señales a las horas
si cada instante tiene el perfil de las
manzanas
la lluvia, el sol y las palomas.
Nada vuelve
ni la pesadumbre de las horas muertas
ni el perfume del sexo.
El hueco de la mano no está en la palma
y la lágrima fundada en el prodigio
no es llena de gracia.
Cómo ver en el verbo las respuestas
si la palabra huyó tras la última
golondrina.
Tiene que haber
un corrillo de pájaros en la ronquera.
Tiene que existir una plegaria
que regrese
con la copla.
© Marta Elena Guzmán
Me desnudo ante estos versos. Me sacó la copa de estrellas y el sombrero de luna para mojar mí cerebro con ellos. Mágnum!
ResponderEliminarEs el poema, una plegaria! MB.
ResponderEliminarestupenda vos, estupendo el poema querida marta! susana zazzetti.
ResponderEliminarTieme que existir.
ResponderEliminarMuy bueno señora. Griselda Rulfo
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ResponderEliminarPrecioso, tan tuya esa voz.
Lily Chavez