UVITAS DEL
CAMPO
El monte es
hirsuto como mi pelo
pero en él
los espinillos
se perfuman
en pompones dorados
y mientras
cruzo el sendero que lleva al corral
me regala,
uvitas del campo
perlas
traslúcidas
que
endulzan los labios.
© Leonor Mauvecin
leonor, ¡ infancia pura! conservo una plantita que crece solitaria en mi patio!!! qué buen poema! gracias! susana zazzetti
ResponderEliminarGracias Leonor por esa sencilla y bella naturaleza levemente aromada de melancolía. Hermoso poema! Elena Eyheremendy
ResponderEliminarLo que escribas emociona. Y no hay mejor tributo a la poesía. Gracias. Griselda Rulfo
ResponderEliminarLo que escribes, siempre está relacionado a la ternura Leonor!
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ResponderEliminarLa infancia en todo su esplendor. Y el campo y la vida.
Y la ternura.
Gracias Leo!
Un abrazo,
Alicia Márquez