Tras la medianera
el golpe
cadencioso
se instala en mi sueño.
El martillo
muerde la piedra
se estampa
contra lo que una vez
fue techo.
El cincel se hunde
en la chapa
que se rasga y sangra.
Rechinan los cimientos
y afuera
todo se desploma.
Entonces soy yo
la que arrasa con paredes,
techos y pisos.
Con una pequeña maza
lidero el cataclismo
y entre los escombros
abro huecos al cielo.
© Jorgelina Soulet
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