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11/1/19

Poema de Beatriz Minichillo



Esta lágrima infinita de cristales

Oh! la molicie del verano
mientras la polilla
se pasea indolente
por los cuartos,
la siesta bulle
entre soles que calcinan
y la impaciencia
se detiene un instante
agobiada por su propia sombra.
Oh! aquellos ocios adolescentes
acariciados por nubes
de un celeste tibio, almibarado
y el árbol del tiempo
condenado a estar allí
por generaciones
para escuchar la letanía de las cigarras.
El arroyo casi seco, en silencio
abrumado por la hora
y tu mano y mi mano
deslizándose en un estío eterno,
las palabras ahogadas
en su propio lenguaje.
Oh! la tierra joven
acunando sus retoños.
Lejanía de paisajes
una hoja que vuela
en el viento turbio
de una cópula imaginaria
y mi voz callada, muy callada
en el misterio de la hormiga
que, afanosa, arrastra su carga
en la deshora
y esta lágrima infinita de cristales
con el color de la ausencia
que lame, horada
me desviste de vos y parte.

© Beatriz Minichillo

6 comentarios:

  1. Hermoso poema querida Betty. Qué fuerza la de los buenos recuerdos, a pesar de ese árbol del tiempo, que siempre parece despojarnos. Nos salva la persistente hormiga en la deshora. Gracias por tu poema! Elena Eyheremendy

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  2. Qué buen poema querida Betty! Te felicito! Besos

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  3. Precioso poema cargado de nostalgia que conmueve

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