ese ardiente veneno que otros llaman
nostalgia
olga orozco
como un predador
desde lejos me atisba
no me pierde pisada
cuando yo creo que se fue asoma el rastro
de su cola
nunca se aleja de aquí
vandaliza todo cuanto toca
hasta las magnolias supuran
ante lo deletéreo de su presencia
la nostalgia nunca se aleja
sigue poniéndome requiebros
espejos cimbreantes donde no hay nada
porque su amo está lejos
rumiando la venganza
© Analía Pinto
preciosa unión de nostalgia y ausencia, susana zazzetti
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ResponderEliminarNunca se aleja. Nunca. Cuando menos lo pensás, ataca.
Bellísimo poema, Analía.
Un abrazo,
Alicia Márquez