Detrás del vidrio
A veces me canso de mi mismo.
El corazón no deja de pensar
rumia, rumia y anda como un reloj suizo.
Siempre
me acuesto para el mismo lado
siempre.
Quisiera ver el mundo
como se ve un acuario
detrás del vidrio
aunque sea por un instante
una vez cada muerte de obispo.
Un mundo de silencio
y seres que se deslizan.
Pero ya se sabe,
los obispos viven mucho
viven bien
y tienen una salud de hierro.
© Jorge L. Carranza
Yo, que cansado de mí mismo nací, harto ahora, hastiado, imaginate cuánto me involucro (me involucra) leyéndote, poeta.
ResponderEliminarRolando
www.revagliatti.com
ResponderEliminarAy, tu poesía amigo!
Lily Chavez