Nace el tejido como el mundo, con tres
hebras se forma el diseño redondo como el tacurú.
Día y noche la aguja y el lino cerca del
farol.
Las más jóvenes calzan el ojo en el ojo de
la aguja, pero Kuñakarai tiene el don de la vista en los dedos. Van luego al
mercado sonrientes a trocar el ñandutí, sus finísimas tramas perladas son caza
y alimento. Los hombres tocan el ala del sombrero en señal de saludo.
© Marisa Negri
HERMOSO TEXTO POÉTICO, felicitaciones Marisa, UN ABRAZO Marta Comelli
ResponderEliminarQué lindo!!! Estela Porta
ResponderEliminarBienvenida! Muy pintoresco! Gracias
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