MEDITERRÁNEA
Un sueño se astilla
en la noche más larga
cuando yace
sobre la arena
el pequeño cuerpo.
Si pudiera
un corazón aún no nacido mitigar el llanto
con sonrisas o pequeños dibujos en
carbón
sobre una pared blanqueada
e intentar cambiar amaneceres
que nunca nunca
serán los mismos.
Una madre se va
en el regazo de la tierra
y brotan tréboles con sus pequeñas flores
lila
nomeolvides sellan su voz
mar agitado en los ojos verdes
labios en calma.
Se va con el primer gemido
tres velas
y el ahogo.
© Mariel Monente
Gracias!!!
ResponderEliminarBello , claro, doloroso, tanto sufrimiento se concentra en un caso que seguramente, replica cientos de ellos y el poema otorga identidad. Muy bueno Mariel , te felicito, hermoso poema.
ResponderEliminarCle
Bello!!
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