DE LAS AVES EN LA LLUVIA
Veo que grandes pájaros devoran el jardín
allí donde mi madre
me dio a beber la lluvia.
La piedra nos observa
y clava en la garganta de las aves
un humo azul
de cuerpos deambulados.
Después cada pájaro
es un cielo surgente.
© Lucía Carmona
Hola Lucía: magia total de este poema maravilloso y simbólico. Me has dejado sin palabras en el "cielo surgente" donde tu poesía despega. Hermosísimo Irene Marks
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ResponderEliminarMadre mía, Lucía. Vos tenés comunicación directa con el cielo y sus prodigios, si no,
no se entiende la maravilla de este poema.
Un abrazo conmovido,
Alicia Márfquez
Precioso Lucía siempre con imagenes fuerte y cargadas de belleza Un gran abrazo
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