Poema de Juan Carlos Rodríguez
Un soplo de amargura
La crecida nos interpela
nos pregunta qué hicimos, qué hicieron.
Todas las inundaciones son grises y
marrones,
mientras somos parte de una cifra,
de una estadística miserable
haciendo agua por todos lados.
Las ilusiones y los sueños se ahogan
mientras el agua sube por escalinatas,
calles y conciencias.
Desde el auto veo muñecas calvas flotando,
ojos abiertos, árboles pelados.
El lodazal oculta la esperanza
y hay familias sin consuelo.
Hasta mi memoria está anegada.
No admite que hay un dolor de siglos
en las aguas impuras
Y aquella mujer, que se quedó vacía
saca con sus manos la tristeza del agua
con la resignación del que pierde todo.
Hay olor a selva concentrada.
Un soplo de amargura. Un salmo en el viento.
Y el gemido de la impotencia que desarma.
© Juan Carlos
Rodríguez
Etiquetas: Juan Carlos Rodríguez
2 comentarios:
ah, juan carlos, qué perfecta y triste descripción de este anegamiento que nos puede a todos.este " soplo de amargura" que nos alcanza, precisamente en este instante, a mi ciudad, a mi calle. gracias por ser un poco la impotencia de tantos. abrazos, juan.
Bueno, querido poeta, tu pieza además de sinfónica y cierta es una gran voz que se yergue entre la gris realidad de latinoamerica inundada que nos interpela desde la miseria.
gracias hermano.
Walter Mondragón.
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