como si en la memoria yaciera alguna clase
de inmortalidad
preparo despacio mi camino hacia la mancha
luminosa de la nada
así se me caen los recuerdos así se
deshilan los días del pasado
sin embargo guardo / incandescente
el nombre del primer libro que develó el
destino de la palabra
cierta noche cierto cine y la lluvia que
cubría la emoción / como quien resguarda a un niño
puedo citar sin error alguno
quién qué y cuándo puso en mis manos la
letra y el celuloide
los dadores de la magia los portadores de
todas las llaves
sin embargo fechas y nombres son una tinta
insana
otros guardan los rostros y los gestos de
mi historia
otros saben la geografía del barrio de la
infancia
ellos conservan el cofre de las efemérides
y de las cartografías
-los bendigo-
déjenme a mí el olor de la tarde en que mi
madre dijo yo me marcho
o la suavidad de espanto de la noche
violenta de mi padre
o el olor del hospital donde / un día que
no puedo recordar
me encontré vacía y más sola que el
silencio
déjenme a mí esta bruma apenas lúcida que
construye la memoria
porque sé que somos la terrible belleza de
algo / a sí mismo destinado a destruirse
y mientras es apenas el gesto del idiota
una muesca en el espejo
viento
© Gabriela Yocco
Hola Gabriela: un poema-raconto de la vida, de gran profundidad y perspicacia filosóficas, donde lo recordado se mezcla con las expectativas realistas y terribles. Lo que la memoria selecciona, lo que se vuelve "bruma", lo que queda de todo":viento"
ResponderEliminarExcelente Irene Marks
ME GUSTA ESTE POEMA PROFUNDO Y EXCELSO FELICITACIONES POETISA
ResponderEliminarUna poeta que sabe mezcar los ingredientes y persiste en la interaccion de una reflexion filosofica sobre la vida, su sentido, el final de la vida, sus representaciones y los recuerdos sensibles de la propia historia, recuerdos que responden a un trabajo interior que viene realizando hace mucho tiempo.
ResponderEliminarUna poeta grande. Luche Gabriela.
Los hilos con los que teje son absolutamente de todos.
abrazo
Clelia
Cómo disfruto de tu poesía...siempre un descubrirte un asombro
ResponderEliminarGracias Gabriela!
un abrazo
norma starke