Atardecer en Puerto Madero
“Tal vez sea por esto
que
pensar en un hombre
se
parece a salvarlo”.
Roberto Juarroz
Murallas de luces, los hialinos edificios
de la capital.
Donde no se refleja la pequeña sombra
de mi pena, aquí
debajo.
Rabian los autos, sus bocinas envuelven
como red impalpable. Acuna lo que aturde:
a este sonido no lo soñó la pampa nunca.
Animales de mi siglo, regurgitación de
humos
y venenos. Rodean y esquivan la figura
leve que en el piso se enquista.
Quién esperaba el tiempo donde apenas
conjetura una estrella y lo peor: contagia
la atmósfera su indiferencia a cada cosa.
Si el mundo se extinguiera y mi corazón
se deshojara como una rosa fría
seguirían todos su camino en el aire
sin demorar el ojo su pestañeo impasible.
© Alicia Salinas
Hola Alicia: qué doloroso y certero este poema, tan bien escrito, sobre la indiferencia y la falta de solidaridad de las ciudades.Contrasta tanta impasividad con ese conmovedor "si mi corazón se deshojara como una rosa fría" y "la figura leve que en el piso se enquista"
ResponderEliminarUn gran poema. Necesario Irene Marks
Así de indiferente el cemento!!
ResponderEliminarBesossss
Descubriendo tu poesía. Cala hondo...
ResponderEliminarSaludos
Romina R Silva
Descubriendo tu poesía. Cala hondo...
ResponderEliminarSaludos
Romina R Silva
gracias por sus lecturas y comentarios! probablemente en este poema se haya filtrado todo mi ser "del interior" (nací y vivo en Rosario), ojalá que siempre haya alguien que atienda a las palabras de Juarroz... un abrazo
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