Poema de Sandra "Tana" Pasquini

 Miro tu fotografía -es decir la foto del otro que eras

cuando no te conocía

cuando aún mis huesos no habían hallado su forma de este mundo

te veo arrojando tus papeles al fuego

cruzando al amanecer con desesperación la intemperie

tu voz me llega en reverbero venida de muy lejos

ahora tu barba es blanca campo de algodón

donde reposa cada noche mi deseo

ahora te miro durmiendo a mi costado

bajo tus párpados se agita la materia incalculable de los sueños

y da igual cuanto te mire la precisión con que lo haga

las múltiples maneras

siempre es lo mismo lo que veo

siempre es el mismo hombre el que me nombra

da igual entonces el tiempo que ha pasado entre uno y otro

la lentitud con que la herida copia el trazo secreto de los cuerpos

ahora es aquel el mismo hombre que anda por la casa

a deshoras y a tientas en plena madrugada

prendiendo luces de guirnaldas

encendiendo el quinqué de la noche

para ahuyentar a los fantasmas

es el mismo hombre que canta mis poemas

y amaina con su canto la ingobernable tempestad

da igual cuanto te mire la precisión con que lo haga

las múltiples maneras

no he conocido antes un viento como este

nunca he estado antes en su núcleo

en el centro de su ojo huracanado

cada vez que imperceptibles nos movemos

pujando bajo el augurio nocturno de las constelaciones

y brotamos florecidos con la implacable exactitud

con que florecen los misterios.

© Sandra Tana Pasquini