- Un hijo que es feliz -
Trasmuta todas las penas
invita a caminar con alegría.
Cada día es un viaje a la esperanza
de cada secuencia de su vida.
El paso del tiempo se agradece
aunque la tintura tape mis canas
Sus cuidados me enaltecen
dibujando sonrisas en mi rostro.
Ya es un hombre
y suelo celebrar sus logros
- Es feliz - e invento un canto
cuando acaricio su barba
recordando ese tiempo
que lo encontré, con trece años
afeitando sus bigotes
Ver en su nido tantos libros
que han cultivado su existencia
aprueba
que no fue en vano
haberle elegido muchos
en cada cumpleaños.
Como poder disfrutar
que ha apostado al amor
con todo lo que implica el hecho.
© Nerina Thomas
hermoso tu poema nerina y claro el construyo su nido con la libertad de los pájaros donde hay una avecilla tierna y dulce que canta
ResponderEliminarHermoso poema, Nerina, se nota el amor!!
ResponderEliminarAbrazos, Rosa Lía
ResponderEliminarAsí es, cuando caemos en la cuenta de que tan mal no lo hicimos.
Un abrazo,
Alicia Márquez