Ayer aprendí
que las tortugas
pueden comer cactus
y salir victoriosas
de semejante hazaña.
Mastican
tragan
digieren
los afilados tesoros.
Entonces
quiero yo también
caparazón simétrico
patas con escamas
y pico curvado
para arrancar una a una
las espinas
y disolver en mi boca
todas las desgracias.
© Jorgelina Soulet
Me encantó. Un final cerrado y contundente
ResponderEliminarSEG
Un poema original, me gustó.
ResponderEliminarToda una aventura. muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo Graciela Barbero