Cómo lanzó el amanecer
su escupitajo de amor
el aire ocre de su boca
los dedos que enhebran veranos
y todo eso por lo que muda
el alma en gajos insípidos
la huída de la llaga amarga
en un trozo azul
de su plexo apetitoso
un ave pielplomo
la parió entre mis falanges
su acanelado estigma
se derritió en mis labios
y me dormí
en su beso serpentina
masticado por su dorado diente
que segregaba ensueño.
Y su tremolo aullido
perecedor del viento
montado en un vástago puro
ella sabe de estrellas gratinadas
por el sabor del sol
ella me honra
sobre un pedestal
de acuosa miel
ella sabe descoser mis pantalones
con su aliento de anaconda
despuntar mi lápiz de diamante
y escribir sus pies
en un sexycielo inconfínito
de una existencia
empapada de su baile
su danza incandescente
que nos invita
a volar en un doquier ascendente
hasta la maravilla.
©Adrián Terracciano
Qué bella manera de recibir el amor...
ResponderEliminarMil gracias Adela. Cariño inmenso!
ResponderEliminarUn poema que nos invita a volar con el amor.
ResponderEliminarmuy bueno.
Anahí Duzevich Bezoz
Anahí, gracias infinitas!!!
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