Encendías la memoria como una última lámpara
robabas palabras en jardines
donde la perduración era más que un rito
el criminal huidizo de los sueños
copiabas uno a uno los rastros del fulgor sobre la escarcha
el único canto aferrado a la noche
entre los dedos temblorosos de la muerte
desordenabas el camino hasta mi cuerpo
en un lenguaje imprevisible
desobedecías la remota fe
en los terraplenes
donde se desbarata el amor por menos que la vida
repartías jirones de alma
como sorbos de luz entre los muertos
alguna que otra madrugada.
© Sandra “Tana” Pasquini
Bellísimo!!
ResponderEliminarFloralevi
¡qué imagen tan bella de alquien tan terrenal! bellísimo! susana zazzetti.
ResponderEliminarhERMOSO Y CONMOVEDOR POEMA...
ResponderEliminarLas imágenes, todas, me llegaron emotivamente.
ResponderEliminarUn gran abrazo
Betty Badaui
Hermosooooo. Griselda Rulfo
ResponderEliminarqué hermoso descubrir tu escritura, tu persona, un lujo para el alma, un sorbo de luz.
ResponderEliminarte abrazo
claudia
muy bello! Imágenes tan profundas.
ResponderEliminarUn abrazo Graciela Barbero
hermoso, me encanto el ritmo conductor "desordenabas el camino hasta mi cuerpo"
ResponderEliminarsaludos
Patricia Corrales
Y en este poema,el tiempo se sublima y me transporta , bueno poeta querida,salud ❣️
ResponderEliminarMUY BUENO.!!
ResponderEliminarSaludos.
Anahí Duzevich Bezoz